Nunca creí en la frase "La vida puede cambiarte en un minuto". Hasta hoy.

Hasta hoy, que me vi parada frente a mi papá pidiendole que se vaya.
No hablo de que se vaya porque lo quiero lejos de mi vida,porque nos llevamos mal o porque no lo tolero.
Le pedí que se vaya porque lo amo,porque hermano y yo lo necesitamos, y porque acá corremos riesgo de perderlo.
Le pedí que se vaya para empezar una nueva vida,lejos si, pero mas tranquilos.

Me duele el corazón de solo pensar que no lo voy a ver todos los días, que hermano va a sufrir por tener que cambiar de colegio y por el nuevo lugar para vivir.
Me duele el alma de saber que voy a vivir sola,por mas que estaba en mis planes, no es lo mismo tenerlos a unas cuadras que a muchos kilómetros.

¿Por que no voy con ellos?
Estoy a dos años de recibirme y no puedo abandonar ahora. Ademas a que el resto de los pilares de mi vida están acá.

¿Me creo capaz de vivir sola?
Se que puedo con eso. Padre y madre criaron una persona independiente, y se que no estoy del todo sola.
Pero a pesar de eso mis 21 años sigo teniendo mi niña interior latente. Soy caprichosa,malcriada y extremadamente cariñosa.

Pero hoy la adulta gana. La mujer que soy,sabe que su papá no es feliz, que sumado a que tuvo que hacerse cargo de  dos hijos a tiempo  completo, los problemas que tenemos hace un tiempo, hace que su salud peligro. Y lo necesitamos, entero. Porque es lo único que tenemos.

Así que a partir de hoy (y supongo que por el resto del año) estaremos acomodandonos a una nueva vida. A buscar casa, locales para instalar el negocio, decidir donde conviene que yo viva y muchas cosas mas.

Paso a paso y tiempo al tiempo.
Una nueva vida, separados, pero mas juntos que nunca.