Crees que estas bien, que todo te afecta un poco menos y que aprendes a a manejar ciertas emociones..
Crees todo eso hasta que aparece la angustia.
Esa clase de angustia que te cierra el pecho, te saca el hambre y que no te deja respirar.
Esa clase de angustia que aparece de la nada, y que no sabes a que se debe (o si y no lo queres ver) ni cuando se va a ir.
Buscas explicaciones,posibles causas y hasta las posibles consecuencias. Se te ocurre que el extrañar a esa persona que no esta y no va volver puede ser el origen, y quizás tengas razón. Sabes que es un dolor que va a estar toda tu vida en casa centímetro de tu cuerpo.
Pero seguís buscando, porque sabes que hay algo mas. Lo hablas con el psicólogo, y con tus amigos. Nada. La respuesta esta en vos.
En vos, y en esos sentimientos que te desbordan el alma. Que quieren salir y gritar. Pero que no pueden, porque no encuentran a su par del otro lado.

El viernes fue el 15 de la hermana de A. La fiesta que todos esperábamos desde principio de año, para la que pensamos increíbles atuendos, maquillajes y peinados. No queda bien que me lo diga yo, pero estaba muy linda,o por lo menos así me sentí.
Sabia que iba a enfrentar una situación dolorosa para mi. Verlo con la persona que quiere. Y así fue. Por suerte no nos sentamos en la misma mesa,pero la tenía en la mesa pegada a la mía.
Apreté primero la mano de tía,fuerte y contuve las lagrimas.
Después apreté la mano de E, fuerte también. "Te voy a tener que pegar?" Me pregunto. No,respondí.
Baile,comí y trate de disfrutar lo máximo posible. Porque era la noche de una princesa que se merecía ser inmensamente feliz.
Pero como dolió. Si,en pasado, porque estoy inexplicablemente tranquila. No se si no caí o me resigne.

O si hay otro tema quemándome la cabeza.